COMUNICACIÓN Y MINDFULNESS

Todos alguna vez nos hemos encontrado sumergidos en nuestros pensamientos mientras al mismo tiempo otra persona estaba hablándonos. Esto en algunas ocasiones no tiene importancia pero en otras puede suponer o bien un deterioro de las relaciones familiares, de amistad o de pareja, o bien dificultades de comunicación en el trabajo o los estudios.

¿Por qué nos ocurre esto?

Existen dos contextos en los que los pensamientos no deseados invaden la conciencia. El primero es el contexto “externo”, el cual se basa en todos los elementos que se perciben en el mundo exterior como son olores, sonidos, estímulos visuales... Todos ellos pueden emanar recuerdos agradables o desagradables. El segundo se trata del contexto “interno” en el cual se dan pensamientos automáticos intrusivos que no requieren del contexto “externo” para aparecer. Estos emergen como consecuencia de la fuerza de activación neuronal asociada. Esta fuerza depende de varios factores:

1. De la frecuencia en que tenemos ciertos pensamientos en nuestra vida como pueden ser actividades cotidianas. Por ejemplo, estar pensando en las tareas del hogar que tengo que hacer mientras mi interlocutor me habla.

2. De lo reciente que haya sido un pensamiento. Por ejemplo, si he estado pensando en cómo redecorar mi casa, es másprobable que se me vaya la cabeza a ese pensamiento que a otro tipo de pensamientos mientras hablo con mi interlocutor.

3. De la carga emocional que suponen los pensamientos. Por ejemplo, si han dicho en el barrio que se están produciendo robos y esto me supone miedo, será más probable que me venga a la cabeza este pensamiento que otro con una carga emocional neutra.

Estos factores pueden ocurrir de forma conjunta y cuantos más factores confluyan mayor será nuestra pérdida de atención. Nuestra mente se dispersa y nos aleja del objetivo de escuchar al otro.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi escucha al comunicarme?

Ser consciente facilita darse cuenta de los sucesos interiores y exteriores. Practicar mindfulness implica el desarrollo de:

1. La conciencia metacognitiva, es decir, me hace ser más consciente de mis pensamientos. De esta formá me doy cuenta antes de cuando he perdido la atención en lo que me estaban diciendo para poder así volver a mi papel de “escucha”.

2. Además esta práctica facilita la atención sostenida. Por lo que es menos probable que después de un tiempo practicando meditación mi mente se distraiga con estímulos externos o internos.

3. Por último, me proporciona control inhibidor de hábitos reactivos. De forma que si me dice mi interlocutor algo que me pueda molestar o causar ira o enfado, disminuye la probabilidad de que reaccione de forma agresiva y pueda arrepentirme en un futuro.

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